El jueves pasado hicimos una clase de Educación Física distinta a las demás. Era un circuito doble en el que había que competir con otro compañero, el que llegara antes estaba aprobado y el que no suspendido. En cierto modo Jorge nos ha obligado a todos a realizar esta prueba, ya que la mayoría no estaba de acuerdo en hacerla. Al final de la clase hemos hecho una asamblea y han surgido muchas opiniones. Unos no estaban de acuerdo porque decían que no se podía valorar sólo la habilidad sin contar el esfuerzo de haber hecho la prueba, otros porque les había tocado competir con compañeros que tenían mejores habilidades físicas, y otros si que estaban de acuerdo.
En mi opinión, no era justo que parte de la nota de esta evaluación nos la jugáramos de esa forma, sin dar ninguna oportunidad a los que habían llegado después y sin valorar su esfuerzo. Pero como dijo Jorge, eso es lo que están haciendo desde que entramos en el instituto. En un examen de castellano, de inglés, de matemáticas, o de cualquier asignatura siempre va a tener más ventaja aquella persona que tenga mayor habilidad en esa materia. Muchas veces se valora más la nota de un examen que el esfuerzo de todo un año.
Al instituto vamos a aprender en general, tanto cultura como a ser personas, y a veces esa última parte se olvida. Y creo que este año ha sido el primero en el que la Educación Física nos ha ayudado a darnos cuenta de muchas cosas. Las clases han sido muy distintas a las de los años anteriores ya que no nos han valorado sólo por ser el más rápido o el más ágil, hemos sido todos iguales. Cada clase siempre tenía un fondo en el que Jorge nos hacía pensar sobre temas bastante interesantes. Además lo de hacer un blog donde poder expresarte y poder dar tu opinión, ya sea de las clases o incluso de cómo evaluarte a ti mismo, ha sido genial.
Creo que Jorge nos ha demostrado que la Educación Física también puede servir para formarnos como personas.
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