El ballet de Víctor Ullate es una de las formaciones de danza más importantes de nuestro país. La historia de la Fundación Víctor Ullate empezó de golpe. Con dos infartos, el coreógrafo, que vio la muerte muy de cerca, pensó que al recuperarse iría a centros de acogida y crearía una fundación con el fin de ayudar a los que verdaderamente lo necesitan. Así, cumplió uno de sus sueños, enseñar baile a niños marginados, niños que carecen de cariño, de padres, ya que tienen el mismo derecho que cualquier otro a ser felices, y la danza puede ser su mejor compañera.
Estos niños tienen entre 8 y 12 años, y todos arrastran un pasado, un mundo distinto. Necesitan unas cualidades básicas como son la elasticidad, la espontaneidad, máxima concentración, etc. Al principio eran 30 niños, y ahora sólo quedan 15. En parte esto se debe a una desmotivación, pero sobre todo porque algunos niños de los centros de acogida se metían con ellos simplemente porque bailaban ballet. Mucha gente piensa que son una cuadrilla de gente extraña, y que el ballet, más que de nenas, es de mariquitas. La gente no ha tenido educación para ello.
La fundación se encuentra en el centro de Madrid, cerca del parque del retiro, en la cual las puertas están abiertas al público en general para clases de ballet clásico, flamenco, tango argentino, aeróbic, yoga, kung-fu...
El mundo de la danza es difícil. Los bailarines tienen que renunciar a veces a muchas cosas, es una vida dedicada por completo.
Isabel Muñoz ha fotografiado a los bailarines de Ullate, los cuales se muestran al desnudo. Me parece una idea muy original, ya que se muestran a las personas tal y como son. El baile me parece que es como una forma de comunicarse, los bailarines pueden expresar con su cuerpo infinidad de sentimientos, de situaciones, sin necesidad del uso de las palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario